Los rayos son un evento natural bastante común y muy temido. Además de la capacidad de dañar varios tipos de estructuras, conducen corrientes eléctricas extremadamente altas y capaces de dañar cualquier tipo de dispositivos eléctricos.
Este conocimiento ya se ha convertido en sentido común, por lo que incluso existe un estándar como NOM-001-SEDE 2012 para tratar específicamente el daño que los rayos pueden causar a los seres vivos, estructuras y equipos.
Sin embargo, lo que mucha gente no sabe, es que el daño causado por los rayos va mucho más allá de dónde golpeó. La descarga atmosférica produce un campo magnético que al interactuar con cualquier conductor metálico generará sobretensiones eléctricas (sobretensiones transitorias) en el circuito.
Por lo tanto, aunque los rayos que afectan directamente a una instalación, como se muestra en la Figura 1, pueden generar perturbaciones mucho más intensas, y las numerosas instalaciones alrededor de este evento también se verán afectadas. Este tipo de perturbación se llaman sobretensión inducida.
Debido a que es una inducción electromagnética, cuanto más grandes sean los conductores del circuito, más intensa será el pico eléctrico. Por lo tanto, las instalaciones fotovoltaicas con varios conductores que conectan los módulos fotovoltaicos a las entradas del inversor son un ejemplo muy común de sufrir el daño causado por estas sobretensiones inducidas, como se muestra en la Figura 2.
Para tratar este problema, CLAMPER tiene la solución de protección CLAMPER Solar SB. Al instalarse entre los módulos fotovoltaicos y el inversor, garantiza que cualquier sobretensión inducida presente en el circuito no se convierta en un problema.
Con esta medida de protección, su sistema de generación fotovoltaica tendrá una vida útil más larga, evitando mantenimientos imprevistos, cambios de componentes y posibles fuera de funcionamiento en su generación.